EMPEZO AYER EL ALEGATO DE ABUELAS, ANTICIPADO POR PAGINA/12
El robo de bebés llegó a su tramo final
En la sala, delante y detrás del panel de vidrio que separa el público del estrado, se ubicaron los nietos. Paula Logares cerca de su abuela Elsa Pavón, paciente escucha de cada audiencia. Estuvo el ahora diputado Horacio Pietragalla, y entre otros, desde Chaco, llegaron Emilio Goya y también Laura Catalina de Sanctis Ovando.
Antes de enumerar las pruebas de los 35 casos del juicio –26 de los cuales son adultos que recuperaron su identidad– y las dinámicas de los centros clandestinos por donde pasaron sus madres, el equipo de abogados de Abuelas (integrado por María Inés Bedia, Florencia Sotelo, Colleen Torre, Germán Kexel, Emanuel Lovelli, Agustín Chit, Mariano Gaitán, Luciano Hazan y Alan Iud) presentó las líneas generales del plan y las pruebas adelantadas por este diario en su edición del sábado pasado.
“Como bien sabe el Tribunal, este proceso se inició hace más de quince años, con la denuncia de un grupo de Abuelas de Plaza de Mayo, buscando alcanzar un poco de justicia por el despojo de sus nietos de sus legítimas familias –dijo Iud–. En un contexto de absoluta impunidad, era una muestra más de la incansable lucha de esas Abuelas, siempre por las vías legales, por la memoria, la verdad y la justicia.”
Las causas que llegaron a debate avanzaron “sin un criterio claro de selección” y “quedaron afuera potenciales imputados por hechos análogos”. De la mano de las demoras, dijeron, fallecieron muchos acusados con impunidad por este caso, como Emilio Eduardo Massera, Guillermo Suárez Mason o Cristino Nicolaides. Lo mismo sucedió con las abuelas.
Antes de pedirles a los jueces aquella definición jurídica aún pendiente, los abogados subrayaron la enorme cantidad de pruebas que produjo este debate. Acaso la más contundente, explicaron, fue el testimonio de veinte de esos niños apropiados: “Como es evidente, no hay prueba más contundente de la sistematicidad de la apropiación de niños durante el terrorismo de Estado que los relatos de aquellos niños, hoy adultos, nacidos en los centros clandestinos de detención y criados en la mentira”, dijo Iud. Y para enfatizar la idea del plan, agregó que fue parte de una dictadura cuyo “objetivo fue erradicar la construcción de un país distinto”.
“Quien se pregunte si la dictadura militar tuvo por objetivo satisfacer los deseos egoístas de paternidad de algunos oficiales, suboficiales o familias vinculadas con aquéllos estará errando el punto de partida.”
Entre el público se agruparon otros nietos que no están en esta causa y algunos que siguen buscando a sus hermanos. La lectura de pruebas continuará durante el día de hoy y terminará posiblemente esta misma tarde con el pedido de condenas.
Los abogados situaron el primer caso de apropiación en 1976, apenas sucedido el golpe. Y explicaron que con el tiempo, el robo creó sus propias instituciones burocráticas: a partir de mediados de 1977, por ejemplo, aparecieron espacios para las maternidades clandestinas en el Hospital Militar de Campo de Mayo y en la ESMA.
Los militares “tomaron la decisión de que los niños no fueran devueltos a sus familias muy tempranamente”, dijeron. La separación se produjo de las más diversas formas: principalmente, por medio de la entrega a familias de represores o allegados, que los anotaron como hijos biológicos; en algunos casos excepcionales los entregaron a familias de las cuales no se conocen vínculos con el terrorismo de Estado o a través de procedimientos de adopción como mecanismo de “blanqueo”.
“Veremos, entonces –dijo el equipo–, que la suerte de estos niños estuvo atada a la de sus padres. Así, aquellas mujeres que dieron a luz en cautiverio, pero que fueron liberadas, como Paula Ogando, Celina Galeano o Marta Alvarez, no sufrieron la apropiación de sus hijos. En cambio, aquellos niños nacidos en cautiverio y cuyas madres continúan desaparecidas, no fueron entregados a sus familias. Esto se debe, precisamente, a que la sustracción sistemática integró el plan sistemático de desaparición de personas.” La devolución implicaba reconocer la existencia de los secuestrados, por eso “pretendieron que esas criaturas jamás llegaran a manos de sus familiares, así los convirtieron en desaparecidos en vida y con ello continuaron perpetrado la desaparición forzada de sus madres”.
Entre otras pruebas, mencionaron el memorándum de 1982 escrito por Elliot Abrams, funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos, luego de entrevistarse con el embajador argentino en Washington. Abrams proponía la mediación de la Iglesia para intervenir en estos casos. “Parece ingenua esa mención –dijo Iud– porque la Iglesia era plenamente consciente de la apropiación de niños, llegando a tener varias instancias de complicidad como diremos en este alegato.”
Centro por centro
El alegato avanzó con las pruebas del Plan centro por centro. Empezaron con Orletti y Pozo de Banfield, donde hubo una maternidad clandestina. Hoy continuarán con Campo de Mayo y ESMA. Sobre Orletti, por donde pasaron la madre de Macarena Gelman y la uruguaya Sara Méndez, dijeron que, excepto el caso de Macarena, al centro base del Cóndor estuvieron vinculados casos de menores ya nacidos, de más de un año de vida. El único caso de sustracción de un menor a una mujer no desaparecida fue el de Sara Rita Méndez, pero sucedió porque ella volvió a Uruguay en un vuelo con otros uruguayos y todos sobrevivieron pese a la orden de aniquilamiento que les habían dado sus pares los argentinos. Y dijeron que el único caso de un niño apropiado en Uruguay fue el de Macarena Gelman. Sobre el Pozo de Banfield, se lo inscribió en el Circuito Camps, como lugar de depósito de detenidos. En Banfield funcionó una maternidad. Hay registros de cuatro embarazadas secuestradas ya a fines de 1974 que luego pasaron al PE. Desde 1976, pasaron 16 mujeres embarazadas que dieron a luz y todas están desaparecidas.http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-190520-2012-03-27.html
Enlaces
"Clarín.com" no informó nada hoy sobre esta instancia final del Juicio sobre el Plan Sistemático de Robo de Bebés.
-15 years after the start of the investigation, first trial over baby kidnapping comes to an end
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