Murió el genocida civil Groppi: impune, pero escrachado
Hoy se murió un poco más de impunidad: Alberto Groppi, quien fue funcionario del genocidio, falleció, sin haber sido juzgado ni condenado. Pero sí recibió la condena social de los escraches.
El 11 de octubre de 2007, desde H.I.J.O.S., junto a cientos de compañeros y compañeras de organizaciones y vecinos fuimos hasta su barrio, para que su casa fuera su cárcel, para que todos supieran quién era y qué hizo Groppi: fue intendente de Esteban Echeverría entre noviembre de 1979 y diciembre de 1983, distrito en el que funcionaron al menos cinco Centros Clandestinos de Detención. En el período de su mandato, según está denunciado en la CONADEP, hubo por lo menos tres casos de compañeros detenidos-desaparecidos: Miguel Ángel De Lillio, y Mirtha Haydeé Milabara, militantes de la JP, secuestrados en noviembre de 1980, y Sergio Andrada, secuestrado el 21 de agosto de 1982 por el Ejército en conjunto con Policía Bonaerense.
El 27 de noviembre de 1979, en plena dictadura cívico-militar, Groppi asumió la intendencia de Echeverría y gobernó hasta el 10 de diciembre de 1983. Fue parte del plan de exterminio y terror implantado en la Argentina. Ya en democracia, Groppi fue elegido por el voto popular en dos oportunidades: en 1995 y en 2003, año en que su partido impulsó la candidatura de otro genocida: Luis Abelardo Patti. En el 2007, cuando intentaba ser reelecto, llegó el escrache: Groppi perdió y ganó el pueblo.
Groppi no es el primero ni el único partícipe del genocidio que muere impune. La lista es dolorosamente larga, como también la de los nombres de los compañeros que mueren sin ver Justicia.
Hace poco tiempo murió Emilio Massera, quien vivió casi toda su vida gozando de impunidad. También murió Pedro Alberto Durán Sáenz, un mes antes de conocerse el veredicto en el juicio por los crímenes del Vesubio. Son sólo ejemplos de una situación preocupante: la impunidad que todavía nos queda por desterrar. Y también sobre lo que nos falta avanzar mucho más: el Juicio y Castigo para los sectores civiles que participaron en el terrorismo de Estado.
Groppi era una de esos personajes que le hacen mal a la democracia. Hoy murió impune. Por eso volvemos a escracharlo, recordándolo como se merece: como un genocida civil.
H.I.J.O.S.
Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio
13/12/2011
Y si, el escrache tiene que vivir...
Oíme Pisoni: hay genocidas civiles revistando las estructuras estatales, provinciales y de los municipios. ¿Lees los diarios vos?
¿No hay escraches ahi?
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